PROTECCIÓN RADIOLÓGICA

Todos hemos oído hablar de radiación. Pero, ¿qué tanto sabemos de ella? Aquí te lo contamos.

RADIACTIVIDAD

Átomos

Toda la materia está formada por átomos. Cada átomo tiene un núcleo alrededor del cual se encuentran los electrones girando en determinadas órbitas. El núcleo contiene protones y neutrones. Todos los átomos de un mismo elemento químico tienen el mismo número de protones, pero pueden, no obstante, tener diferente número de neutrones. En ese caso, se llaman isótopos de ese elemento. El hidrógeno, por ejemplo, tiene tres isótopos: hidrógeno, deuterio y tritio. Los átomos se identifican por el nombre del elemento más el número de protones y de neutrones del núcleo. Por ejemplo: litio-7 es el átomo del elemento que tiene cuatro protones y tres neutrones en su núcleo. Los átomos del mismo elemento o de uno distinto, se pueden combinar formando moléculas. Por ejemplo, un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno forman una molécula de agua: H2O.

Radiactividad y radiación

Los núcleos de ciertos átomos son inestables y se transforman en otros núcleos más estables dando lugar a átomos más estables. Estas transformaciones (o desintegraciones), se caracterizan por la emisión de partículas o energía, lo que se conoce como radiactividad, descubierta por Henri Becquerel en 1886.

Esas emisiones -también denominadas radiaciones- pueden ser principalmente de tres tipos: partículas alfa, constituidas por dos neutrones y dos protones; partículas beta, constituidas por electrones positivos y negativos que se crean en el núcleo de los átomos; y finalmente, radiación gamma, constituida por fotones, es decir, radiación electromagnética similar a los rayos X y a la luz, pero más energética.

Los rayos X son radiación electromagnética, de más baja energía, y de origen atómico, que se producen como consecuencia de una reordenación de electrones en las órbitas de la corteza, como resultado de interacciones que se originan en el exterior o interior del átomo.

Las radiaciones ionizantes y los materiales radiactivos han formado siempre parte de nuestro entorno. Sin embargo, dada la incapacidad del ser humano de advertir su presencia mediante los sentidos, su descubrimiento no se produjo hasta fines del siglo XIX, cuando comienza a disponerse de sistemas capaces de detectar su presencia, aprovechando entonces el conocimiento de algunas de sus propiedades.

A las fuentes de radiación ionizante, como los rayos cósmicos, materiales radiactivos presentes en la corteza terrestre no alterada, en el aire o incorporados a los alimentos, e incluso sustancias radiactivas que se encuentran en el interior del organismo humano, se las denomina radiaciones naturales o de fondo. El ser humano, además de estar expuesto a la radiación natural, también lo está a fuentes artificiales de radiación.

La utilización de fuentes de radiación ionizante, como aparatos de rayos X, sustancias radiactivas naturales o radioisótopos artificiales, reportan innumerables beneficios que impactan positivamente en el área de la salud, la industria, la agricultura o la investigación. No obstante, su uso también origina riesgos a los que se pueden ver expuestos los trabajadores que operan este tipo de fuentes, e incluso, la población en su conjunto.

Radiación y tejido biológico


La radiación, cuando penetra en la materia, y sobre todo en el caso de partículas cargadas –alfa, protones, fragmentos de fisión y electrones–, fundamentalmente suele arrancar electrones de la corteza de los átomos circundantes dando lugar a un proceso que se conoce con el nombre de ionización. La radiación electromagnética, tanto en la radiación gamma como en los rayos X, interaccionan con mecanismos más complejos pero que también producen finalmente pérdida de electrones en los átomos circundantes. Los neutrones, que son partículas neutras (sin carga eléctrica) que se producen en determinados procesos, interaccionan con la materia mediante reacciones nucleares que pueden dan lugar, a su vez, a partículas cargadas y fotones.

El final, sea cual sea, el tipo de radiación da lugar a partículas cargadas, por lo que el mecanismo fundamental de interacción con la materia es el de ionización. Esta es la razón por la que estas radiaciones se conocen con el nombre de radiaciones ionizantes. En el caso de que la materia sea tejido biológico con un alto contenido de agua, la ionización de las moléculas de agua puede dar lugar a los llamados radicales libres que presentan una gran reactividad química, suficiente para alterar moléculas importantes que forman parte de los tejidos de los seres vivos. Entre esas alteraciones pueden incluirse los cambios químicos en el ADN, la molécula orgánica básica que forma parte de las células de nuestro cuerpo. Estos cambios pueden dar lugar a la aparición de efectos biológicos, incluyendo el desarrollo anormal de las células.

Efectos de la radiación

Hay dos clases de efectos: los que ocurren con seguridad al superarse un valor determinado de la dosis de radiación recibida, conocido como determinista o reacción tisular, y los que tienen una probabilidad de ocurrencia creciente al aumentar dicha dosis, conocido como estocástico.

El sistema de protección radiológica vigente se basa en la suposición de que, por muy pequeña que sea la dosis de radiación, siempre hay algún riesgo. Esta presunción se basa en los estudios realizados en las personas que se han visto expuestas a altas dosis de radiación.

Efectos deterministas

Pueden variar desde la muerte en días o semanas (para niveles muy altos de radiación recibida por todo el cuerpo) a simple enrojecimiento de la piel (para dosis elevadas de radiación recibidas durante un corto período de tiempo por una zona del cuerpo de tamaño limitado)

Efectos estocásticos

Cuando el cuerpo humano es sometido a bajas dosis de radiación o a una dosis mayor, recibida por un gran período de tiempo, no existen efectos deterministas apreciables, pero se supone que es posible la existencia de efectos estocásticos, como cáncer o aparición de enfermedades congénitas. La información de los efectos biológicos de las radiaciones ionizantes es revisada periódicamente por el Comité de las Naciones Unidas sobre los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR).

Daño y sensibilidad


Para una determinada cantidad de radiación, el daño producido en los tejidos por los distintos tipos de radiación es diferente. Por eso, la cantidad de radiación absorbida (dosis absorbida) debe multiplicarse por unos factores de ponderación de la radiación para dar la dosis equivalente, que es la que tiene en cuenta el tipo de radiación que se ha recibido.

Sin embargo algunos órganos son más sensibles que otros a la radiación, por tanto, la dosis equivalente se multiplica por otros factores de ponderación de los tejidos, obteniéndose la dosis efectiva que mide el daño total producido. La dosis se mide en Sievert (Sv), aunque cuando se habla de protección radiológica es más frecuente utilizar la milésima parte de esta unidad (miliSievert, mSv) o, incluso, la millonésima parte (microSievert, µSv).

Cuando las personas están sometidas a radiaciones, a consecuencia de haber incorporado a su propio cuerpo algunos materiales radiactivos (contaminación interna), la dosis que recibirán durante los 50 años siguientes a esa incorporación se denomina dosis comprometida. En los casos en que las personas están sometidas a radiaciones procedentes del exterior de la propia persona se habla de irradiación.

Tipos de exposición

Planificadas: introducción y operación deliberada de fuentes de radiación para la obtención de algún beneficio.

De emergencia: pueden ocurrir en exposiciones planificadas, por ejemplo cuando hay accidentes, requieren acciones urgentes para evitar consecuencias no deseadas.

Existentes: exposiciones que ya se están produciendo cuando se plantea la necesidad de decidir si hay que protegerse contra ellas. Son habitualemnte consecuencia de actividades planificadas o accidentes del pasado o de la presencia de radiación de origen natural.

Tipos de exposición

Exposición ocupacional: la que se produce durante el desarrollo del trabajo con fuentes radiactivas artificiales o naturales incrementadas por la acción humana.
Exposición médica: la que es consecuencia de los procedimientos de diagnóstico o de tratamiento a que pueden ser sometidos los individuos.
Exposición del público: comprende todas las exposiciones no incluidas en las ocupacionales ni en las médicas, y que son consecuencia de las actividades que dan lugar a las dos anteriores, así como las derivadas de fuentes naturales que produzcan una irradiación significativa.

Jerarquización de las dosis

Dosis absorbida: energía suministrada por la radiación a la unidad de masa de tejido biológico.
Dosis equivalente: dosis absorbida corregida por el distinto daño que producen distinto tipo de radiaciones (factores de ponderación de la radiación).
Dosis efectiva (“dosis”): dosis equivalente corregida por la diferente sensibilidad al daño de los distintos órganos y tejidos (factores de ponderación de los tejidos).

Principios de protección radiológica

El objetivo de la protección radiológica es proteger a las personas y al medioambiente de los riesgos derivados de aquellas actividades que, debido a los equipos o materiales que utilizan, suponen la exposición a radiaciones ionizantes. El marco básico de la protección radiológica necesariamente tiene que incluir valoraciones de tipo social y científicas, porque su finalidad principal es proporcionar protección, sin limitar indebidamente los beneficios obtenidos del uso de la radiación. Se debe suponer que incluso dosis pequeñas de radiación pueden producir algún efecto perjudicial. Dado que existen umbrales (valores de la dosis por debajo de los cuales no se producen) para los efectos deterministas, es posible evitar dichos efectos limitando las dosis recibidas por las personas. Pero no es posible evitar del todo los efectos estocásticos porque no existe evidencia científica de un umbral para ellos. Limitando las dosis solo podemos reducir su probabilidad de aparición. Como consecuencia del estado actual de conocimiento de los efectos biológicos de las radiaciones, la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP) considera que el objetivo principal de la protección radiológica es evitar la aparición de efectos biológicos deterministas y limitar al máximo la probabilidad de aparición de los estocásticos. Los tres principios básicos de las recomendaciones actuales de la ICRP se expresan a continuación:

Justificación

No debe adoptarse ninguna práctica que signifique exposición a la radiación ionizante si su introducción no produce un beneficio neto positivo. Naturalmente, la práctica que implique la exposición a las radiaciones ionizantes debe suponer un beneficio para la sociedad. Deben considerarse los efectos negativos y las alternativas posibles. Esto afecta a importantes cuestiones que requieren ser resueltas por los correspondientes gobiernos, como, por ejemplo, el uso de la energía nuclear para producir electricidad.

Optimización (Principio Alara)

ALARA son las siglas inglesas de la expresión “Tan bajo como sea razonablemente posible”.

Todas las exposiciones a la radiación deben ser mantenidas a niveles tan bajos como sea razonablemente posible, teniendo en cuenta factores sociales y económicos. Toda dosis de radiación implica algún tipo de riesgo; por ello no es suficiente cumplir con los límites de dosis que están fijados en la normativa nacional. Las dosis deben reducirse aún más, siempre que sea razonadamente posible, esta reducción de dosis no puede llevarse a cabo indefinidamente, sino que se deben considerar los costes económicos, sociales, etc. asociados

Límite de dosis


Las dosis de radiación recibidas por las personas no deben superar los límites establecidos en la normativa nacional.

Medidas básicas de protección radiológica


Las medidas necesarias para limitar la exposición de los individuos se pueden tomar mediante la aplicación de acciones en cualquier punto del sistema que vincula las fuentes con los individuos. Tales acciones pueden aplicarse sobre: - La fuente emisora de radiación ionizante.
- El medio ambiente, es decir, los caminos por los que las radiaciones de las fuentes pueden llegar a los individuos. - Los individuos expuestos.
Las medidas de control sobre la fuente se consideran como medidas prioritarias, mientras que las medidas aplicables al medio ambiente y a los individuos son más difíciles de aplicar y, a veces, introducen más trabas en la operatividad de las instalaciones.
En general, y donde sea posible, se recomienda aplicar en la fuente las medidas de protección y control de la exposición. El control de la exposición al público conviene realizarlo mediante la aplicación de medidas
a la fuente y sólo, en el caso de que puedan no ser efectivas, se aplicarán al medio ambiente o a los individuos.

Los riesgos de irradiación a que están sometidos los individuos se reducen aplicando las siguientes medidas generales de protección:

Distancia: aumentando la distancia entre el operador y la fuente de radiaciones ionizantes, la exposición disminuye en la misma proporción en que aumenta el cuadrado de la distancia. En muchos casos bastará con alejarse suficientemente de la fuente de radiación para que las condiciones de trabajo sean aceptables.

Tiempo: disminuyendo el tiempo de exposición todo lo posible, se reducirán las dosis. Es importante que las personas que vayan a realizar operaciones con fuentes de radiación estén bien adiestradas, con el fin de invertir el menor tiempo posible en ellas.

Blindaje: en los casos en que los dos factores anteriores no sean suficientes, será necesario interponer un espesor de material absorbente, blindaje, entre el operador y la fuente de radiación.
Según sea la energía y tipo de la radiación, será conveniente utilizar distintos materiales y espesores de blindaje.


La dosis media recibida por un miembro del público, a causa de todas las fuentes de radiación es de 3 miliSieverts al año (datos de la UNSCEAR). Las dosis pueden, no obstante, variar por diversas circunstancias, desde el consumo de ciertos productos (como algún tipo de marisco), al hecho de vivir en zonas que tienen un alto nivel de radiación ambiental.

Organismos relacionados con la protección radiológica

Internacionales
La organización más veterana relacionada con la protección radiológica es la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP), anteriormente mencionada. De ella dependen cinco comités dedicados a:
- Efectos de las radiaciones,
- Definición de límites secundarios de dosis,
- Protección radiológica en medicina,
- Aplicación de las recomendaciones que ella formula.
- Protección del medio ambiente.

La ICRP es una organización autónoma cuyos miembros lo son, a título personal, por su excelencia científica en varios campos de interés en radioprotección, emite recomendaciones que son recibidas por los organismos competentes nacionales e internacionales.
La trascendencia práctica a nivel mundial de las funciones que relacionan dosis con efectos, fue percibida por la Asamblea General de las Naciones Unidas que decidió en 1955 crear el Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR).

OBJETIVO DE LA PROTECCIÓN RADIOLÓGICA

“El objetivo de la Protección Radiológica consiste en proporcionar un adecuado nivel de protección a las personas sin limitar indebidamente las prácticas beneficiosas que dan lugar a la exposición a radiaciones ionizantes”.

Algunos aspectos significativos en protección radiológica

Personas para proteger

Es interés de la Protección Radiológica la protección de toda persona que resulte o pueda resultar expuesta radiaciones. Según la naturaleza del vínculo entre las personas y las fuentes las exposiciones se clasifican en ocupacionales, públicas y médicas. Las personas que por su actividad laboral deben interactuar con fuentes de radiación, en mayor o menor grado están expuestas a radiaciones. Se da el nombre de Exposición Ocupacional a este tipo de exposición. Algunos miembros de la población pueden resultar también expuestos a radiaciones debido a la cercanía circunstancial o permanente de fuentes de radiación o por estar involucrados en procesos de transferencia ambiental de radionucleidos. Este tipo de exposición recibe el nombre de Exposición Pública. Los pacientes son deliberadamente expuestos a radiaciones en procedimientos médicos de diagnóstico o tratamiento. Este tipo de exposición recibe el nombre de Exposición Médica.


Modalidades de absorción de dosis de radiación

Los tejidos y órganos de las personas pueden estar expuestos a radiaciones producidas por fuentes externas al organismo (irradiación externa) o a radiaciones emitidas por radionucleidos que se incorporan a su organismo (irradiación interna). Esta distinción es de gran utilidad desde el punto de vista dosimétrico y tiene importancia práctica en la implementación de controles sobre la exposición radiológica.


Previsibilidad de las exposiciones

Las prácticas que utilizan fuentes de radiación dan lugar a exposiciones previsibles y controlables porque responden a una planificación de las diversas tareas que la configuran (Exposiciones Planificadas). Pero también pueden dar lugar a exposiciones no previsibles, ni en valor ni oportunidad, en caso de que se produzcan eventos disruptivos de las restricciones previstas en la planificación, como es el caso de una situación accidental. En estas situaciones las exposiciones no se corresponden con las planificadas. Son situaciones indeseables, cuya ocurrencia no pueden ser descartada, pero si prevenida mediante sistemas de seguridad. (Exposiciones Potenciales).

Esta clasificación es útil para comprender qué es lo que se puede y debe limitar en cada circunstancia: dosis en las exposiciones planificadas y probabilidad de ocurrencia de eventos disruptivos en las potenciales.

PRINCIPIOS DE PROTECCIÓN RADIOLÓGICA
JUSTIFICACIÓN:

Ninguna práctica con radiaciones ionizantes debe ser autorizada si no existen evidencias de que la misma producirá, para los individuos o la sociedad, beneficios que compensen el posible detrimento que puedan generar.

OPTIMIZACIÓN:

Proceso en el que se analiza y decide la magnitud de los recursos que, teniendo en cuenta factores económicos y sociales, se considera razonable destinar a Protección Radiológica para reducir el detrimento colectivo asociado a una determinada práctica, mediante la reducción de las dosis de radiación, el número de personas expuestas y la probabilidad de exposiciones potenciales.

LIMITACIÓN DE DOSIS :

Los valores de los límites de dosis se adoptan con el criterio de impedir la ocurrencia de efectos determinísticos y limitar la probabilidad de los estocásticos. El primer aspecto se logra teniendo en cuenta los valores de umbrales de dosis para efectos determinísticos y el segundo implica aceptar un cierto orden de magnitud del detrimento asociado con los efectos estocásticos.